Un año de gestión profesional – Rocha – 615 Hectáreas

Cerrando el ejercicio 20 – 21 en una empresa donde hace casi un año formamos parte de un equipo compuesto por una familia, logramos un gran avance en el manejo de la información, la medición de los resultados y principalmente, la planificación. Trabajamos, por lo tanto, en base a una gestión profesional.

Dos integrantes de la familia, ambos agrónomos, son los que llevan adelante la operativa del establecimiento. Desde jóvenes estuvieron ligados a la actividad y, por lo tanto, conocen bien el establecimiento y la forma de producir. Ellos sabían que productivamente eran muy buenos y recorriendo el campo pudimos confirmarlo.

Un establecimiento con un pastoreo bastante intensivo, rotativo, con criterios definidos y en constante mejora. Pero, sin embargo, no había mediciones de resultados en el área productiva ni económica. Por eso y por la urgente necesidad de tener una planificación fue que ingresamos en la empresa.

Por un lado, con el registro de datos pudimos confirmar lo que esperábamos todos, buenas producciones de carne por hectárea. A medida que van surgiendo datos, los productores registran en una planilla impresa y de forma muy sencilla mortandades, entradas y salidas de ganado, los gastos efectivos cómo el pago de los sueldos o la compra de postes y nos envían foto una vez por mes. También vía mail recibimos facturas de compra y venta de insumos y ganado o las pesadas de animales.

Nosotros procesamos la información y la llevamos pronta para intercambiar respecto a lo que sucedió y cómo seguimos respecto a lo planificado. Vamos monitoreando ganancias de peso, carga animal, gastos bimensuales por rubro. Pero en este caso, lo más importante es la planificación productiva y la financiera.

En cuanto a la planificación productiva, al ser un sistema con rotaciones de arroz, debemos tener en cuenta que la superficie de pastoreo ganadero es bastante variable y por lo tanto la debemos tener en cuenta a la hora de realizar un plan. Por eso, los negocios que se evalúan deben coincidir con los momentos adecuados del campo, tanto por la producción estacional de las pasturas cómo por la superficie pastoreable.

Por otro lado, y seguramente la herramienta que más valor ha sumado en este pasado ejercicio, es el flujo de caja proyectado o planificación financiera. Si bien la empresa funciona muy bien, con buenos indicadores económicas respecto a empresas similares, está en proceso la realización de una inversión importante, por fuera de lo que es la empresa agropecuaria.

Por eso, se debía tener un panorama claro de cómo fueron evolucionando las entradas y salidas de dinero, detectar momentos de superávit o de poco monto en la caja. Existen momentos donde los costos aumentan, momentos de zafra de ventas o meses donde sale mucho dinero por compras de reposición. Todos esos ciclos debían estar bien claros y tuvimos que proyectarlos para identificar el mejor momento para realizar la inversión extra predial, así como evaluar si el establecimiento era capaz de financiar dicha inversión.

Hoy en día todo está en marcha y teniendo un ejercicio de registro de datos y procesamiento, podemos realizar una planificación mucho más precisa, donde evaluamos el número de cabezas y categoría a comprar no solo por los márgenes, sino también por la capacidad de carga del campo y el flujo de caja de la empresa.

Esto es una gestión completa de un establecimiento, donde los productores saben cuánto gastan por rubro, saben que ganan por negocio, duermen tranquilos sabiendo que no se pasan de carga o que van a tener problemas inesperados de caja. No les lleva más de 10 minutos al mes pasarnos la información y cada dos meses nos juntamos en reuniones con análisis muy constructivos y que generan valor.

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